La capacitación a franquiciatarios es fundamental para su éxito, pero existen franquiciantes que solamente capacitan antes de arrancar y no actualizan a sus franquiciatarios.  Ciertamente existirán giros, como aquellos de consultoría, donde el mantenerse actualizados sea mucho más importante que en otros, como los de preparación de alimentos donde los procesos probablemente no cambian muy seguido.  Sin embargo, la capacitación continua no implica solamente que se enseñen cosas nuevas, sino también reforzar las ya enseñadas.

Imaginemos que nada ha cambiado dentro de un proceso de ventas de algún producto de una franquicia.  Seguirá siendo importante saber los resultados que ha obtenido el franquiciatario al aplicar esa metodología, saber si se están siguiendo las instrucciones al pie de la letra o si el franquiciatario ha tomado cierta "libertad creativa" para vender el producto, saber si es necesario adaptar el proceso dependiendo del territorio en donde opere la franquicia, etcétera.  Si no se realiza un proceso de retroalimentación y de capacitación continua, estas áreas de oportunidad jamás se detectarán.

El caso en que algo cambia en la franquicia es todavía más obvia la importancia de mantener al franquiciatario al tanto y bien capacitado, ya sea por un proceso nuevo o diferente, por el lanzamiento de un producto nuevo, o por el retiro de algún servicio, por mencionar algunos ejemplos.

Las franquicias son una extensión del negocio original y todos deben trabajar bajo las mismas circunstancias para lograr la homogeneización en resultados que toda empresa franquiciante desea.  Para lograr esto, la capacitación continua, ya sea por información nueva o simple retroalimentación, debe estar entre las prioridades más altas de cualquier modelo de franquicia.